ADIÓS 2020, UN AÑO DIFÍCIL ¿HEMOS APRENDIDO ALGO?
Hacía unos años que entre compañeros del sector comentábamos que 2020 se presentaba muy bien, era el gran año que llevábamos esperando tanto tiempo. El sector se había ido recuperando poco a poco de la crisis que vivimos desde 2010, y parecía que diez años después volvíamos a tope. Y realmente, así fue. Fueron muchas las parejas que se animaron a casarse en 2020 y todos estábamos felices. El trabajo de los últimos años había sido duro, pero había merecido la pena. Lo sabemos porque la relación con proveedores es una de nuestras principales tareas a la hora de organizar una boda. Conocemos a muchos, algunos se han convertido en grandes amigos. Espacios y empresas de catering, maquilladores, decoradores, floristas, fotógrafos y todos, todos, estaban igual de ilusionados que nosotros.
Pero llegó marzo y nuestro mundo cambió. No solo nuestro trabajo, sino nuestras vidas. Además de restructurar nuestras vidas y adaptarnos, en mi caso junto a mi marido y mis dos hijas a un confinamiento que resultó más largo de lo esperado, tuvimos que adaptarnos y reinventarnos también a nivel profesional. De repente, todo estaba en peligro. Teníamos miedo. Miedo por perder el sustento económico de nuestra familia, miedo por perder la vida y sobre todo por que la perdieran nuestros padres, tíos o abuelos ¿Puede haber mayor miedo que ese?
Y a la vez, nos enfrentábamos y compartíamos la pena y desilusión de nuestros novios Imagina, que tras un tiempo en el que les invadió la incertidumbre, se hacían a la idea de que su boda no iba a poder celebrarse tal y como habían soñado. En muchos casos, incluso a hacerse a la idea de que no podrían ni siquiera viajar desde sus países de residencia a planificarla. Y poco a poco, reunión tras reunión, fuimos asesorando y ayudando a todos ellos a posponer su boda a 2021. Una decisión muy complicada. Han sido meses de numerosas videollamadas en las que hemos conocido mejor a todas nuestras parejas. Hemos tenido momentos de enfado con el mundo, impotencia y alguna que otra lágrima.
Y ese mismo enfado con el mundo, impotencia y lágrimas las hemos compartimos con todos y cada uno de los proveedores a los que íbamos informando de cada una de las bodas pospuestas a 2021. No sé cómo voy a aguantar nos decían muchos de ellos. Qué duro.
Así que, sí, hemos aprendido algo. Hemos aguantado. Hemos aprendido que podemos, podemos ser resilientes y reinventarnos. Hemos aprendido, también, que las cosas no son siempre como esperabas, pero que somos fuertes y capaces de hacer frente a los cambios que nos depare la vida.
Y hemos aprendido también que hay muchos novios valientes. Y desde aquí queremos darles las gracias. Gracias por seguir adelante con la organización de vuestra boda, gracias por aplazar y no cancelar. Y gracias a todos aquellos que en este tiempo de incertidumbre habéis confiado en Imagina tu boda para cumplir vuestro sueño ya que, ahora más que nunca, necesitamos los sueños.