Se alquila dama de honor, el nuevo negocio «made in USA»

  Parece sacado de una película de Hollywood, un nuevo negocio en Estados Unidos anuncia que alquila damas de honor para bodas. Aunque pueda sonar a priori un poco triste, ¿qué sucede cuándo te mudas a la otra costa del país a unos 3000 kilómetros de tus amigos y familia y te casas? Eso debió pensar la fundadora de este negocio, Jen Glantz, al montar su negocio online que está haciendo furor en las redes sociales en EEUU.

Como muchas de vosotras sabéis, planificar una boda es harto complicado, motivo por el cual las agencias de wedding planner están creciendo más y más, pero si además de todo ello unes el hecho de no tener a tus amigas cerca para estar el día de tu boda, tienes un problema. Aunque la propia Jen establece que su negocio no tiene nada que ver con el de las wedding planners.

Por ello la idea de alquilar una dama de honor surgió como natural, cuenta la fundadora, que no es en absoluto original en su idea, pues páginas web como Rentafriend.com tienen en común la idea base, alquilar a una persona para cubrir una necesidad social. Jen creó Always a bridesmaid for hire y en tan sólo unos meses ha conseguido ya más de 30.000 seguidores en Twitter.

Sus tarifas van desde los 1000 dólares (940 euros) hasta los 3000 $ (2800 euros), hay que especificar que las diferencias con las wedding planner son notables pues lo que hace Jen y su agencia no es organizar la boda, sino estar al lado de la novia como si de una amiga se tratase y apoyarla en sus decisiones, aunque sí que suponen una ayuda psicológica a muchas mujeres antes de contraer matrimonio, son más amigas ficticias que otras cosas. Muchos medios la tachan de vender “apariencia” ya que en realidad su labor no es en esencia muy distinta a la de un escort, quitando la parte sexual.

Jen admite también que trabaja con todo tipo de mujeres y “soy un soporte emocional para mujeres que no necesariamente tienen a su gente alrededor para organizar su gran día ni para sobrellevar el estrés conjuntamente” comentó a la BBC recientemente.

Por supuesto, la parte que más controversia conlleva es la de si los asistentes a la boda saben que esa chica que parece tan amiga de la novia no lo es necesariamente. Cierto es que en los procesos de una boda se generan grandes amistadas junto a las personas que lo organizan, pero según aclara Jen, «Por la razón que sea, una novia no necesariamente quiere que su familia, amigos o ni siquiera su futuro marido sepa que ha contratado a una amiga«, aunque presumiblemente esto genera un lazo entre la chica «alquilada» y la novia que hace que se vuelvan inserparables, según cuenta la fundadora del negocio.

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